Cocktail & Salsa Workshop en Brasserié Estoril Polanco

La semana pasada tuvimos la oportunidad de apreciar una experiencia diferente en Brasseriè Estoril Polanco, el nuevo concepto de Grupo Estoril de reciente apertura. En el restaurante puedes disfrutar de un espacio agradable y un amplio menú de cocina internacional donde seguro encuentras un platillo para todos.

Se trata de un Cocktail & Salsa Workshop, donde aprendimos a hacer un par de drinks y una salsa molcajeteada que acompañamos con una variedad de tacos. Aunque la experiencia está diseñada principalmente para turistas, nosotros que vivimos en la ciudad, nos divertimos y la disfrutamos bastante.  Está disponible únicamente por medio de la experiencias de AirBnB y nuestro host de esa noche @mauriciovite (instagram).

Lo primero que queremos es contarles un poco del lugar. Aunque se encuentra dentro de un centro comercial, no te da esa sensación, pues logaron crear espacios interesantes y acogedores. El que más llamó nuestra atención fue la barra del bar, que es justamente donde se hizo el workshop.

Nos recibieron con un Aperol spritz para dar tiempo a que llegaran los demás comensales. Nuestro lugar estaba listo para comenzar el taller. Frente a nosotros teníamos todos los aditamentos necesarios para crear un cóctel. Había shaker, jigger, copas, vasos, triturador, hielos y algunos de los ingredientes.

Antes de comenzar llegó a nuestra mesa un mini taco dorado relleno de requesón que nos sirvió para agarrar fuerzas para hacer el primer cóctel llamado Albahaca Insecto.

Primero nos explicaron el origen del destilado que estábamos por usar, que en este caso era Insecto Tuxca: una especie de mezcal de Jalisco con una combinación poco usual de agaves (lineño, Ixtero Amarillo y Cimarrón) que le dan un sabor muy diferente. Algo interesante que nos explicaron es que a pesar de que por temas de denominación de origen sólo algunas regiones pueden producir mezcal (entre las más conocidas Oaxaca, Durango, Zacatecas), en realidad cualquier destilado de agave cocido es como mezcal. Este es el caso de la Tuxca. En lo personal me pareció una elección muy original que eleva esta experiencia a otro nivel. No probamos un mezcal más, sino que tuvimos la oportunidad de conocer algo nuevo.

Antes de comenzar a preparar el cóctel, nos invitaron a probar el Insecto Tuxca derecho. Nuestro veredicto: fuerte, rasposo, pero lo interesante es que deja una sensación de frescura en la garganta.

Después de la explicación comienza lo más divertido: jugar al barman. Durante todo el proceso,  un mixólogo nos fue indicando paso a paso cómo armar nuestro trago. Tomamos el shaker, le agregamos hojas de albahaca, limón y miel de agave, lo maceramos un poco y le agregamos hielo y la Tuxca. Cerramos el shaker, lo agitamos y voilá! ya somos mixólogos expertos.

Al momento de probar el cóctel, no podíamos creer que nosotros habíamos preparado tal creación digna de emperadores prehispánicos.

Luego llegó el momento de la salsa. Nos trajeron un molcajete y los ingredientes necesarios para hacer una salsa sencilla: tomates, jitomates, cebolla, ajo, sal y una variedad de chiles. El proceso fue bastante sencillo: primero echamos sal y ajo, luego el chile de la elección de cada comensal y al final tomate y/o jitomate al gusto. Molimos todo a mano y el chef fue revisando y probando nuestras creaciones hasta que todos quedamos contentos con nuestra salsa personalizada.

Con tanto esfuerzo nos dio más sed, así que nos preparamos para el segundo trago. Este se llamó Jamaica Pox y obviamente usamos Pox, una bebida originaria del estado de Chiapas con fermentos de maíz criollo y trigo.

Este cóctel fue todavía más sencillo de preparar: simplemente echamos hielo y vaciamos todos los ingredientes al shaker: Pox, Ancho Reyes, concentrado de Jamaica, jugo de limón y miel de agave. Después de una buena shakeada lo vaciamos en nuestro vaso previamente escarchado con sal de chapulín y ya estábamos listos para poner un bar porque nos quedó realmente delicioso. Y al menos en nuestra mente, después de este par de experiencias, teníamos un talento innato para esto del barmaneo.

Entonces ya teníamos salsa y un par de drinks en mano, pero algo nos faltaba para poder unir nuestras creaciones. Así que nos trajeron un trío de algunos de los tacos más representativos del lugar: cilantro frito con chapulines -para mi gusto, el mejor-, carnitas de pato, y lechón.


Obviamente acompañamos estos taquitos con la salsa que acabábamos de hacer y todos creíamos que nuestra creación era la mejor de todas.

Para finalizar la experiencia llegó un crujiente de avellana como postre que nos dejó con una gran sonrisa en la boca.

Les dejamos el link de la experiencia por si se animan:

https://www.airbnb.com/experiences/663250