¿Dónde? Hotel Xixim Celestún, Yucatán.
Dirección: Km 10 antigua carretera a Sisal.
Sabor:
Originalidad:
Lugar:
Precio:
Sobre el lugar: Decidimos destinar dos días de nuestro viaje a Yucatán para conocer Celestún con el máximo objetivo de ir a ver flamingos en la Ría de Celestún. La triste noticia para nosotros fue que no vimos ninguno, pero a cambio nos encontramos con otras cosas increíbles que definitivamente valió la pena experimentar.
Buscando en línea, nos encontramos con Xixim Unique, un hotel ecológico, a 10 minutos del pueblo de Celestún y literalmente en medio de la nada, que se autodenomina como un recinto de paz para liberar el estrés, y no podríamos estar más de acuerdo.
Antes de llegar (e incluso, antes de reservar), es importante estar muy consciente a dónde vas. Como mencionamos antes, se trata de un hotel ecológico, lo cual es sinónimo de tranquilidad, verdor, belleza y ver animales exóticos, pero también de NO aire acondicionado, bichos y animales variados que no necesariamente serían bienvenidos en una habitación de hotel. Teniendo consciencia de eso, pasar unos días en Xixim resulta una experiencia linda y memorable.
La experiencia comienza al momento de llegar. Pasando el pueblo de Celestún, toca atravesar un camino de terracería de aproximadamente 2 kilómetros, que se recorren en 10 minutos, que parecen 10 horas cuando necesitas ir al baño (como nos pasó a nosotros). Finalmente llegamos y nos llevaron a conocer nuestra habitación, que era una amplia cabaña con todas las comodidades excepto televisión, wifi y aire acondicionado. Lo cual, aunque suene a cliché, ayuda a desconectarse del mundo y relajarse en serio -excepto la falta de aire acondicionado, eso sí lo extrañamos porque tuvimos temperaturas de 42° C, pero lo teníamos ya consciente y lo entendemos perfecto por el tipo de hotel en cuestión-.
Nuestra parte favorita de la habitación fue en definitiva el baño. La regadera es de alta presión y lo más interesante es que prácticamente te bañas a la intemperie, ya que la parte de la regadera sólo está cubierta por mosquiteros. La sensación de bañarse ahí era tan refrescante en contraste con el calor que hacía, que nunca nos habíamos bañado tantas veces en tan poco tiempo.
Nos encantó despertar escuchando cantos de pájaros que nunca antes habíamos escuchado, la brisa marina y al personal de hotel abriendo la ventanita especial de la habitación para dejarnos el café y pan de la mañana para arrancar el día. También nos encantó la playa, de arena blanca y una combinación impresionante de azules que sólo se ve en el mar Caribe, pero sobre todo nos encantó el nivel de tranquilidad de la playa. Al ser un lugar tan apartado, por momentos teníamos la playa para nosotros solos.
Mención especial para Zaxim, el restaurante del hotel, que tiene una carta muy interesante y variada que responde perfecto a la necesidad de hacer ahí tus tres comidas del día de ser necesario. Entre lo más destacado que probamos están los cocteles, que incorporan los ingredientes de la región como el chile habanero, la chaya y el Xtabentun para crear combinaciones frescas y originales.
Uno de los platillos que están en el top 5 de todo lo que probamos a lo largo de nuestra estancia de una semana en Yucatán lo comimos en el Xixim: panuchos de camarón de río al pibil. Los camarones de río (esos chiquititos que se parecen a los de la Maruchan) tienen un sabor muy particular, muy diferente a los camarones regulares que encontramos en todos lados. Y se integran perfecto con el sabor característico del axiote en la preparación al pibil que hacen en el restaurante Zaxim. Los panuchos estaban crocantes, la salsa de habanero picante pero en pequeña proporción, fue el complemento ideal para esta cena que fue rica y al final, ni siquiera cayó pesada.
A veces estando de viaje en un lugar de playa, se antoja además de comer mariscos, comer la típica comida de parrillada en la playa como son las hamburguesas y hot dogs. En el Xixim probamos un hot dog especial, de salchicha tipo Frankfourt acompañado de tocino y cebolla caramelizada. La idea era comer algo "ligero", pero en la realidad el hot dog fue bastante llenador.
También destacamos los postres, en especial el flan napolitano (sencillo, pero en su punto) y la crema de coco, típica del estado, que en Xixim se sirve con fresas y un toquecito de chocolate.
Recomendamos, sobre todo si llegan en coche, NO tomar el paseo que el hotel ofrece para ir a ver flamingos en la Ría, y mejor bajar al pueblo y tomarlo desde el parador turístico o incluso desde la playa pública. El costo nos pareció muy elevado en comparación con lo que costaría tomándolo directamente en el pueblo, y lo más triste es que no fuimos advertidos de que no veríamos flamingos por la época del año en la que visitamos la Ría. No deja de ser un paseo lindo pero fue un poco frustrante pagar $2,600 pesos, no haber cubierto la expectativa, y lo peor, que en el hotel no nos hicieran esa advertencia…
Fuera de eso, nos gustó mucho el Xixim Unique y definitivamente tenemos intenciones de regresar algún día (de preferencia en invierno).
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