Fonda mexicana con un giro picante.
¿Dónde? Lucio 107-2 CDMX, México.
Dirección: Dr. Lucio 107, Doctores.
Sabor:
Originalidad:
Lugar:
Precio:
Sobre el lugar: Hace un par de semanas estábamos paseando a nuestra perrita Penny Lane en el doggy park del Jardín Pushkin y nos llegó el momento de decidir dónde comer. Pedimos recomendación a Foursquare de lugares cercanos a nuestra ubicación, y éste lugar, ubicado a unos pasos del parque, cruzando Cuauhtémoc (en plena colonia Doctores) llamó nuestra atención. Cruzamos la avenida (con todo y Penny Lane, porque vimos que según Foursquare, es pet friendly) y al llegar nos encontramos con que había un evento privado, por lo que tuvimos que buscar otra opción. Pero nos intrigó tanto ver el lugar, que prometía cocina de mercado y cerveza artesanal en una locación linda y diferente dentro de la Doctores, que regresamos en cuanto tuvimos oportunidad.
El local no es muy grande pero se siente amplio, y tiene una decoración sencilla pero con detalles coquetos. La cocina es abierta, así que todo el tiempo puedes ver cómo están preparando tus alimentos.
El menú es corto, integrado por platillos de la comida mexicana con un twist interesante. Ofrecen un menú sencillo de comida corrida como cualquier fonda de la zona, que ese día consistía en arroz y tacos dorados de pollo. Algo que nos llamó la atención fue que cuentan con un menú de degustación que por sólo $200 pesitos, te permite probar dos entradas a elegir de la carta, un taco de barbacoa (que uno de nosotros cambió por pescado rebosado), un burrito de marlin y dos postres también a elegir. Decidimos irnos con esta opción y no pudimos haber salido más satisfechos.
Para empezar, nos dieron una pequeña degustación de las cervezas artesanales de la casa que tenían disponibles ese día, para que pudiéramos elegir nuestra favorita con la cual habríamos de acompañar la comida. Elegimos una American Lager y una Vienna.
De entrada, pedimos un betabel horneado en sal, relleno de queso de cabra y jamaica, que venía acompañado de unos pequeños panecillos tostados que pareciera que hacen en casa. Pedimos también un ceviche del día, preparado con naranja, pepino, aguacate, hinojo y chiles serranos. Probamos también la gordita de hongos con queso y la garnacha de pato.
Todas las entradas muy bien, con sabores de la cocina mexicana e ingredientes de temporada. Si tuviéramos que elegir, nos quedaríamos con el betabel (nunca se nos hubiera ocurrido mezclar betabel, queso de cabra y jamaica pero de alguna manera funciona y queremos intentarlo en casa) y con la gordita de hongos con queso (picosita pero no agresiva al paladar, y el sabor del chile no le ganaba al de los hongos).
El ceviche tampoco se quedaba atrás, nos encantó la integración de las frutas y lo fresco que estaba el pescado. Excelente para las tardes calurosas de verano en la Ciudad de México.
La garnacha de pato quizá de las cuatro entradas fue nuestra menos favorita, pero no por eso le hicimos el feo.
Los tacos se sirven en tortilla de maíz azul. La verdad no nos parecieron nada del otro mundo ninguno de los dos (sobre todo, no después de las entradas que nos parecieron espectaculares), pero cumplen bastante bien. El de barbacoa nos recordó a la barbacoa tradicional de puesto de domingo, pero más caldosa. Como si nos hubieran servido juntos el consomé y la carne, pero adentro de un taco. El de pescado rebosado bastante generoso y llenador, y logramos darle un buen upgrade al echarle limón y salsa macha de la casa.
Cuentan con un menú de tacos, quizá vale la pena darle una oportunidad a otras variedades.
Posteriormente probamos el burrito de marlin, que se sirve con guarnición de ensalada de pepino, jitomate y berros. El sabor muy bien, también le hicimos un upgrade con la salsa macha que es buenísima, pero nuestra única queja/sugerencia para el equipo de Lucio 102-07 sería ser un poco más generosos con el relleno del burrito, como lo son con los tacos.
Para cerrar, pudimos probar los cuatro postres disponibles en la carta. De nuestro favorito a nuestro menos favorito:
El churro con chocolate y helado. Lo primero a lo que queremos dar mención especial es la perfecta temperatura a la que sirven los helados, que permite comer con calma sin que empiece a derretirse de inmediato como por lo regular pasa, más en días calurosos como los que estamos viviendo en la ciudad. En este postre, todo era excelente: el churro, crujiente por fuera, pero muy suavecito por dentro. Bañado en salsa de chocolate y coronado por una bolita de helado de chocolate. A pesar del exceso de chocolate, es un postre que no empalaga y al contrario, te deja deseando más.
El higo caramelizado con helado de higo y crumble. Lo que más nos gustó de este postre fue la combinación de texturas: entre el helado, el higo, los crumbles y el toque de azúcar morena, cada bocado era una fiesta en la boca.
La torreja caramelizada con helado y compota de tomate verde. Nos daba muchísima curiosidad ver el tomate verde como elemento en un postre (al menos nosotros, jamás habíamos escuchado o visto tal cosa). Funciona bastante bien. El tomate aporta una acidez que contrarresta la dulzura de la miel y la torreja, que también estaba en un punto ideal, dorada por fuera y suavecita por dentro.
Panna cotta de mango con helado de mango. No está mal, pero consideramos que quizá un contraste le vendría bien, como quizá cambiar el helado de mango por otro sabor.
Mención especial al excelente servicio. Nos hicieron recomendaciones, nos trataron increíble y al final nos mandaron unas cervezas de cortesía justo de una de las variedades que no habíamos probado.
En conclusión, disfrutamos muchísimo nuestra experiencia en Lucio 102-07. Es una de las pruebas vivas de que la colonia Doctores está cambiando y comenzando a ofrecer nuevas e interesantes opciones tanto para comer, como de vida nocturna: antes de irnos, nos invitaron a regresar por la noche que tienen DJs invitados, además de continuar con su servicio de cocina y bar. Un día de estos vamos y les contamos qué tal.