Lucas Local! (Reseña)

La Colonia Roma es un lugar muy especial dentro de la Ciudad de México nos encanta caminar por sus calles buscando lugares distintos dónde comer, tomar algo o probar algún postre, o simplemente perdernos por ahí. Desde una linda fachada, un pequeño parque escondido, una pequeña capilla (donde pronto nos casaremos) o en este caso un pequeño,  gran restaurant. Les presentamos Lucas Local, ubicado en la calle de Colima, muy cerca del Jardín Pushkin, que es el lugar favorito en el mundo de nuestra perrita Penny Lane.

Las chefs Alexander Suástegui (sí, la misma a quien vimos en la más reciente temporada de Top Chef y que nos preocupa que no han anunciado la siguiente) y Alejandra Coppel crearon un lugar único, en el que entre la decoración, la música y un menú que va cambiando constantemente, garantizan que salgas sorprendido y con ganas de regresar.

Probamos varias cosas y llevábamos refuerzos, así que no nos juzguen. Pero antes de comenzar a hablarles de toooodo lo que pedimos, queremos hacer una mención especial al pan de ajo hecho en casa que ponen como parte del servicio. Lo acompañan con alioli. Ambos son bastante ligeros, perfectos si no están acostumbrados a comer demasiado condimentado.

Comenzamos por compartir unas tostadas de chilorio, que se sirven con frijoles, chicharrón de queso menonita y un ligero toque de guacamole. Nos encantó lo crujiente del queso y el sabor tradicional del chilorio.

Pedimos, también al centro, unos tacos gobernador de camarón, servidos en tortilla de harina frita con una especie de salsa tártara y mucho queso. Son pequeños pero una delicia, tanto que tuvimos que pedir doble orden.

Para aquellos que les gusta lo verde, la carta de Lucas ofrece también una propuesta interesante de ensaladas. Nosotros probamos la de tomates heirloom con aguacate, que lleva además arúgula y pistaches. Nos sorprendió bastante probar una ensalada fresca pero a la vez consistente y con mucho sabor.

No nos resistimos y probamos también las sliders. Se sirven de una en una. Se ven chiquitas pero son bastante consistentes. Entre la de wagyu, con cebolla caramelizada, tomate, queso y el mismo alioli delicioso que sirven con el pan de ajo, y la de pescado, que es más fresca y se acompaña de una ensaladilla de col morada, la verdad nos gustó un poco más de wagyu. Pero las dos son buenas y vale la pena probarlas.

Pasando (al fin) a los platos fuertes, y probamos el asado a la plaza de filete de res, que se sirve en una salsa de tomate con verduras, crema y queso. Este es un plato que por un lado, te recuerda a los guisados caseros pero por otro lado, no está fuera de lugar como platillo de alta cocina.

Los tacos de birria estilo Tijuana, se sirven también en tortilla de harina, con queso gratinado. En la carta vienen como entrada, pero los pidió como plato fuerte una de las personas en nuestro grupo, quien por cierto es muy fan de la birria, y quedó completamente satisfecha tanto en términos de sabor como de cantidad.

El arroz frito con cerdo confitado y huevo estrellado es la versión de Lucas de un yakimeshi. Los sabores son buenos y los ingredientes, como en todo lo que sirven ahí, de muy buena calidad, sin embargo, quizá por las altas expectativas que teníamos específicamente sobre este plato, no nos volvió locos.

Lo que sí nos volvió locos fue el risotto con chile chilaca. Los sabores son delicados pero el toque del chile chilaca lo levanta y lo hace algo único.

Y aunque no lo crean, sí llegamos a los postres. Compartimos dos: primero, un sándwich de helado de nata en pan de elote con pistaches. El helado estaba rico y nos gustó la textura y el sabor que agrega el pistache. Nuestra única mini queja fue que el pan de elote estaba un poco seco.

Por último, pedimos un pie de cacahuate con chocolate, con topping de cacahuate garapiñado. Sin ser excepcional, nos gustó bastante porque nos supo a una combinación entre un Snickers y unos Reeses. Y nos encantó la cobertura de chocolate oscuro.

Nos queda pendiente regresar a probar sus cocteles que suenan interesantes. Lo que si probamos fueron algunas de sus cervezas artesanales mexicanas, de las que tienen una buena variedad. Nos inclinamos por una Santa Huguiña y una Santa Julieta de cervecería La Patrona.

En nuestra primera visita quisimos probar muchas cosas dado nuestro compromiso editorial de llevarles una reseña muy completa (y por gordos, la verdad), y quizá exageramos un poco. Las porciones parecen pequeñas pero no lo son tanto, y la mayoría de los platillos son consistentes y bastante llenadores. Tómenlo en cuenta al momento de ordenar. Pero definitivamente les recomendamos visitar este lugar que además, es pet friendly.

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¿Dónde? Lucas Local CDMX, México.

Dirección: Colima 65, Roma.

www.facebook.com/lucasellocal/

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